La educación y la crianza de nuestros hijos es fundamental en su desarrollo. Sin embargo, hay costumbres que pueden empañar su correcto devenir educativo, siendo el sarcasmo un efecto negativo en los niños.
Por ende, el respeto, la comunicación, saber escuchar a tu hijo y mostrarle importancia en sus inquietudes, son pautas que demuestran una crianza basada en amor y valores.
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El sarcasmo como un efecto negativo en los niños
Para los adultos, hablar sarcásticamente entre mismas personas, puede resultar algo común o en algunos casos, irritante y falta de respeto.
En el caso de los niños, es un efecto negativo en el correcto curso de valores éticos y morales.
De igual forma, en la infancia es donde se empiezan a desarrollar la interacción con los familiares y también con otros niños.
Por ende, si la comunicación de los padres con los niños se basa en sarcasmo y bromas (indistintamente si son sutiles o no), tergiversa el lenguaje fluido y sobre todo la confianza.
De seguro, muchos de nosotros hemos empleado el sarcasmo, sin considerar las terribles consecuencias que puede crear en los más pequeños.
Por ejemplo, si utilizamos el sarcasmo en los niños, se les hará una falsa idea de una comunicación, cuando este tipo de situación lejos de ser sincera es hostil.
No se debe emplear el sarcasmo como método de comunicación
Si bien es cierto, que muchas veces se emplean este tipo de contacto ‘comunicativo’, inclusive, se puede observar en la televisión, cabe destacar, que es erróneo emplearlo en los niños.
Recordemos, que el cerebro infantil procesa información y adopta patrones que pueden ser considerados normales si lo ven en los adultos más cercanos (padres o familiares).
Si un niño se expone frecuentemente al sarcasmo, se hará una idea de que es normal y lo puede desarrollar subjetivamente y de forma habitual con los niños de su edad y adultos.
Pese a los efectos que pueden ocasionar en la crianza de nuestros hijos, se conoce poco o nada acerca del sarcasmo y la consecuencia en los niños.
Crea inseguridades en los niños
Todos los adultos pasamos por ser niños, donde nuestros padres tendrían métodos alusivos a una correcta comunicación o todo lo contrario.
En caso de que mantengamos el sarcasmo como método de comunicación, altera la seguridad de los niños y su expresión.
Inclusive, el sarcasmo se puede expresar en gestos o movimientos faciales, no necesariamente, a través de palabras.
De igual forma, si los padres emplean palabras o gestos sarcásticos, podría crear sentimientos de inseguridad y confusiones.
Por ende, es menester, expresarse con sinceridad a los niños y crear un clima de confort para comunicarse sin trabas.
Bloquea sus verdaderos sentimientos
Un aspecto que puede resultar incomodo para los niños, es cuando, existen palabras o gestos hostiles.
De esta manera, si empleamos palabras deshonestas, no solo hiere sus sentimientos, sino, tendrán dificultades a la hora de expresarse o contarte sus inquietudes.
El sarcasmo hiere sus sentimientos
Algo que es típico del sarcasmo, es herir a la persona que es víctima del mismo, y peor, si es un niño al que se aplica dicha expresión.
En consecuencia, los efectos del sarcasmo en nuestros hijos, es sinónimo de herir sus sentimientos.
Ocasionalmente, se han empleado palabras que no van al caso, y es mejor disculparse, no volver aplicar el sarcasmo.
Forma en el futuro hombres y mujeres con este defecto
Como hicimos mención anteriormente, los niños observan nuestra conducta e imita el comportamiento y la forma de actuar.
Si se emplea el sarcasmo a menudo, el niño podrá adoptarlo como si fuese un patrón conductual normal.
Por consiguiente, se creerá a una persona no empática, donde observe el sarcasmo como algo cotidiano y un método de expresión.
Consideraciones finales
En conclusión, el sarcasmo como método de comunicación para nuestros hijos, es algo que lejos de crear seguridad y empatía, es confirmar comportamiento insanos en el futuro.
Nunca se deben emplear gestos, expresiones y palabras que hieran los sentimientos de los más pequeños.
Por ende, es fundamental, cuidar los pensamientos de nuestros hijos y demostrar su valía en cualquier situación.