En este post vamos a referirnos de un tema que interesa a muchas madres: ¿A qué edad mi hijo debe dejar el pecho? Esta es una pregunta que no tiene una respuesta única, ya que depende de varios factores, como las necesidades y preferencias de cada niño y de cada madre, las circunstancias personales y familiares, las recomendaciones de los profesionales de la salud y las normas culturales y sociales. Por lo tanto, si eres madre primeriza o ya has tenido hijos, y tienes dudas, esperamos resolver esas inquietudes, a continuación:
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¿Qué es la lactancia materna?
Es un proceso natural que aporta múltiples beneficios tanto para el bebé como para la madre.
A su vez, es un proceso biológico, afectivo y necesario para la vida del bebé, acorde con su nutrición, protección y aporte proteico-calórico fundamental para su crecimiento en los primeros meses de vida.
¿A qué edad mi hijo debe dejar el pecho?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé, y luego complementarla con otros alimentos hasta los dos años o más, siempre que sea posible y deseado por ambos.
Sin embargo, esto no significa que haya una edad límite para dejar el pecho, ni que haya que seguir una regla estricta.
Esto quiere decir que cada caso es diferente, y lo más importante es respetar el ritmo y el vínculo de cada díada madre-hijo.
Por su parte, algunos niños pueden dejar el pecho antes de los dos años, otros pueden seguir mamando hasta los tres, cuatro o más años. No hay nada malo ni anormal en ninguna de estas opciones, siempre que se haga con amor, respeto y consenso.
Aporte de amor y nutrientes al bebé
Partiendo de lo antes expuesto, es fundamental comprender es que la lactancia materna prolongada no sustituye a una alimentación equilibrada y variada.
A partir del año de edad, el niño necesita otros nutrientes que la leche materna no puede proporcionarle en cantidad suficiente, como el hierro, el calcio o la vitamina D.
Por ende, es menester ofrecerle al niño una dieta saludable que incluya todos los grupos de alimentos, y seguir las pautas de su pediatra.
Del mismo modo, hay que considerar que la lactancia materna prolongada puede generar algunas dificultades o inconvenientes, como la presión social o familiar, las críticas o los prejuicios, la falta de apoyo o comprensión, o la dificultad para conciliar el trabajo y la lactancia.
Dichos factores pueden influir en la decisión de continuar o no con el pecho, y hay que valorarlos con honestidad y realismo.
La lactancia prolongada es una decisión
Cada madre tiene una perspectiva distinta, y las recomendaciones médicas o de los profesionales de la salud, se deben tomar en cuenta.
No obstante, han surgido criterios sociales que pueden entorpecer en el nexo adecuado entre la madre y el nene, en especial, las denominadas “presiones sociales”.
Por ejemplo, hay comentarios que lejos de ayudar a la madre, suelen ser hirientes o nada empáticos, como “hasta cuando le vas a dar de pecho a ese niño grande” o “ya tu hijo es muy grande para estar tomando la teta”.
Dichos comentarios son innecesarios y son incómodos para la madre y el bebé. Por lo tanto, la lactancia prolongada es una decisión, pero nunca debe ser lo único que tome el niño para su nutrición.
En conclusión
En resumidas cuentas, no hay una edad ideal para dejar el pecho, sino que depende de cada caso.
Lo más relevante es seguir el instinto y las señales de cada niño y de cada madre, y hacer lo que les haga sentir bien a ambos.
Finalmente, la lactancia materna es un regalo maravilloso que se comparte entre dos seres que se aman, y nadie tiene derecho a interferir en esa relación tan especial.
Esperamos haber resuelto tus inquietudes con este post, recuerda que la lactancia materna es un lazo de amor entre tú y tu pequeño, nadie debe hacerte sentir mal y menos entorpecer ese lindo nexo afectivo con tu bebé.
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